martes, 27 de enero de 2015

Entrenamiento

Yo sigo pensando que, como todos los mamíferos, la repetición es parte del aprendizaje de todos los humanos. Habiendo practicado artes marciales alguna vez en mi vida, comprendo que repetir constantemente algo te lleva poco a poco al perfeccionamiento, y a eso le llamamos entrenar. Entrenamos para, cuando llega el momento decisivo, lograr la perfección en lo que hacemos.

Desde hace un par de meses, mi Conejita está entrenando para dormir solita. Por supuesto, la perfección en el arte de dormir es un decir: lo que busco con este “entrenamiento” es que ella logre sentirse lo suficientemente segura y cómoda para no necesitarme a la hora de ir a la cama.
Antes, Amelia se iba a la cama y tenía que alzarla, arrullarla, cantarle, darle la teta o el biberón hasta que se quedaba dormida, y entonces la ponía en su cuna, que está a treinta centímetros de mi cama. Solía despertar llorando tres o cuatro veces, y a veces no había manera de calmarla más que acostándola conmigo, amén de que el cansancio me hacía recurrir a esa salida fácil.

Con la llegada del calor y de la primavera, dormir con Amelia en mi cama se hizo horrible, porque ella dormía mal y yo dormía peor. Así que me pareció que era momento de que ella pasara toda la noche en su cama.

Lo que nos funcionó, que supongo no funciona para todos los niños, es que la pongo en la cuna a tomar la leche, con las luces apagadas (sólo dejamos encendido el pasillo para que entre algo de luz). A veces eso basta para que se duerma. A veces termina la leche y todavía no está lo suficientemente cansada, así que probamos con varias cosas: platicamos, cantamos o sencillamente la dejo retozar hasta que se queda dormida. Lo que sí es importante es que le tomo la manita hasta que se duerme (su cama sigue a 30 centímetros de la mía). Cuando despierta por las noches, le tomo la manita y eso suele ser suficiente para calmarla.

Ahora tenemos noches más felices. Por lo menos yo, que ahora descanso un poco mejor y puedo seguir con el trajín del día, una y otra vez. A veces extraño que me necesite para dormir, la verdad. Pero luego pienso que estoy criando un adulto y que dormir, y dormir bien, es una habilidad que le será útil en la vida, y se me pasa poquito.

Lo importante en este entrenamiento es, según yo:


  • Mantener la rutina nocturna, eso le dará seguridad: si siempre hace lo mismo todas las noches, creo que entenderá que cabe esperar lo mismo todos las noches, inclusive que mamá estará ahí con él/ella.
  • Asegurarse de que esté cómodo, que tenga un pañalito limpio, que la almohada sea adecuada, que esté fresco o bien tapado según el clima, etcétera.
  • No desistir, los bebés pueden ser obstinados, y si por comodidad nuestra desistimos, ellos habrán comprendido una valiosa lección: que su necedad puede más que nosotros.
  • Finalmente, esperar el momento adecuado. No todos están listos en cualquier momento. Cada mamá conoce bien a su bebé y sabe cuándo está listo para aprender cosas nuevas, dormir solito inclusive.